Columna de opinión del secretario general, Camilo Escalona, en Cooperativa. Ante el indulto presidencial a un grupo de condenados por diferentes acciones durante el estallido social y de un exmilitante del FPMR, se generó una oleada de violentísimos ataques al Presidente Boric, favorecidos por graves yerros en la toma de la decisión que llevaron el sábado a la renuncia de la ministra de Justicia. Naturalmente, el indulto provocó expresiones de legítimo desacuerdo tanto de académicos, juristas y figuras políticas, no sólo de oposición sino que también en las filas oficialistas, ello no sólo era previsible sino que inevitable, dado que la decisión en si misma producía explícitas discrepancias desde que fue anunciada. Sin embargo, la derecha tradicional y los grupos ultraconservadores se han entregado a un desenfreno retórico denostando al Presidente de la República, atacando al Gobierno y anunciando diversas acusaciones constitucionales en contra de ministros de Estado que están más expuestos o que consideran más vulnerables por el difícil desempeño en sus carteras. Asimismo, deslegitiman la acción política y agravan odiosamente el menoscabo a los partidos y fuerzas populares organizadas, se presentan como ajenos a la política, pero bloquean y desautorizan la legitimidad del régimen democrático, animando e incitando las prácticas confrontacionales de los grupos de ultraderecha que propician una situación insostenible. El sector extremista de la derecha amenaza incluso con una acusación constitucional al Presidente Boric en clara demostración qué hay exaltados que no trepidan en recurrir a la ingobernabilidad del país con el objetivo de saciar el revanchismo de sus descontrolados y exaltados elementos, aquellos definitivamente irracionales y fuera de control. En la derecha, cínicamente, se muestran preocupados por el aumento del populismo autoritario de rasgos neofascistas, pero en los hechos ayudan a su crecimiento atacando la política democrática, así debilitan la gobernabilidad del país. Es claro que están en la oposición y no tienen que compartir las decisiones presidenciales, además se sabe de antemano su discrepancia, pero el clima de polarización que generan no puede sino que interpretarse como un menoscabo arrogante y soberbio hacia el Presidente y un desprecio hacia la estabilidad democrática del país. Sin embargo, en las filas de la alianza de gobierno que apoya al Presidente Boric parece que se subvalora esta situación, porque proliferan polémicas estériles y es insuficiente la preocupación por apoyar la acción gubernamental y las tareas sociales, económicas e institucionales que está realizando. Hay que hacer un esfuerzo real de diálogo y entendimiento de las fuerzas que apoyan el Gobierno y están comprometidas con la estabilidad democrática, de lo contrario lo que parece improbable puede pasar a ser probable y una propuesta populista y autoritaria gane terreno en el mundo popular. No hay que pelear por una coma más o menos, hay que construir unidad en la diversidad para lograr la mayoría requerida para avanzar en las transformaciones que Chile necesita. Camilo Escalona Medina, secretario general del Partido Socialista de Chile.
Declaración del PS ante ataques a los poderes del Estado en Brasil
El Partido Socialista expresa su total y resuelto apoyo a la democracia brasileña, a sus instituciones y al Presidente Lula da Silva ante la revuelta de extremistas y grupos de maleantes incitados por la ultraderecha. Estos hechos indican como la herencia de Bolsonaro atenta contra la estabilidad democrática y la buena marcha de la nación brasileña. Esto confirma, una vez más, que la salvaguarda del régimen democrático es la tarea esencial de las fuerzas del progreso social en América Latina. Mesa Directiva Partido Socialista de Chile Santiago, 8 de enero 2023
Vodanovic e institución del indulto: “Como abogada no me gusta y creo que debiera estar restringido únicamente a casos humanitarios”
Entrevista de El Mercurio a la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic. Dirigenta reconoce que una de las consecuencias del anuncio es que “le dimos la oportunidad de oro a la derecha para desahuciar una mesa de trabajo que iba bien encaminada”, en referencia al acuerdo de seguridad. La noticia de que el Presidente Gabriel Boric indultó a 12 personas condenadas por el estallido y al exfrentista Jorge Mateluna generó reacciones tanto en la oposición como en el oficialismo. Tras darse a conocer el comunicado por la Presidencia, voces desde el Socialismo Democrático comenzaron -de manera interna- a cuestionar la decisión de mandatario, sobre todo por el “momento” en que realizó. La señal no era clara, máxime considerando que la mesa de seguridad, liderada por la ministra Carolina Tohá y que estaba compuesta por todos los sectores con representación parlamentaria, se encontraba en un momento crucial. Una semana después de producida la polémica, la presidenta del Partido Socialista (PS), Paulina Vodanovic, se refiere al episodio. Dice entender que la institución del indulto existe, pero que preferiría que estuviese limitada a casos humanitarios. “En general y en particular, tampoco comparto la decisión de haber indultado; por tanto, no me voy a referir a cada uno de los casos, no corresponde, es una decisión del Presidente y yo la respeto”, señala. Vodanovic fue subsecretaria de Fuerzas Armadas durante el gobierno de Michelle Bachelet y, posteriormente, consejera del Colegio de Abogados. Fue también presidenta de la Fundación Horizonte Ciudadano, ligada a la exmandataria, antes de convertirse en presidenta del Partido Socialista. ¿Qué opina de los dichos del Presidente Gabriel Boric de que Jorge Mateluna es “inocente” y de que “hubo irregularidades” en el proceso? ¿Está de acuerdo? -Uno puede entender la institución del indulto, la cual existe. Personalmente, como abogada no me gusta y creo que debiera estar restringida únicamente a casos humanitarios. Pero esa es una opinión doctrinaria y discutible. El Presidente hace uso de sus facultades, dictó los decretos de indultos, y puede que nosotros no compartamos la decisión, pero la respetamos. ¿Qué le parece que se haya indultado a personas con prontuario como el de Luis Castillo? -No sé como se llevó a cabo el proceso dentro del Ministerio de Justicia, cómo se arribó a esos nombres, cuál fue la indicación que entregó el Presidente respecto a quiénes les iban a aplicar el indulto… Desconozco absolutamente la forma en que llegó a determinar la decisión. ¿Qué opina de que la oposición haya pedido “transparentar el decreto” de Castillo, quien tiene un prontuario delictual? -La decisión política es del Presidente, pero los antecedentes jurídicos y la carpeta son cosas que prepara el Ministerio de Justicia, y si la oposición quiere información, tiene una herramienta que habilita la Constitución, que es pedir la interpelación a la ministra. ¿Qué opina de que Castillo diga “los insurrectos no nos calmamos”? En general y en particular, tampoco comparto la decisión de haber indultado; por tanto, no me voy a referir a cada uno de los casos, no corresponde, es una decisión del Presidente y yo la respeto. ¿En el momento en que se anunciaron los indultos terminó por “morir” el acuerdo de seguridad? -Le dimos la oportunidad de oro a la derecha para desahuciar una mesa de trabajo que iba bien encaminada y que estaba llegando a importantes conclusiones. La derecha tendrá que dar las explicaciones, porque finalmente señalan que lo más importante para ellos y para la ciudadanía es la seguridad pública y terminan levantándose de una mesa que estaba a punto de concluir con buenos resultados. “Hay un desequilibrio importante en las subsecretarías” El 29 de diciembre los presidentes del Socialismo Democrático se reunieron con el jefe de gabinete del Presidente Gabriel Boric. ¿Cuál fue la razón de esa reunión? -Nosotros tenemos reuniones periódicas con distintas personas del Gobierno, y la idea de reunirnos en conjunto -como coalición- es para hacer planteamientos en conjunto, y que no sean peticiones particulares de cada partido. Lo que ha trascendido en la prensa es inexacto en cuanto a que fuimos a “reclamar cargos”, porque no es la intención del Socialismo Democrático aquello, sino más bien hacer puntos políticos sobre distintas situaciones que nos preocupan y competen. ¿Como por ejemplo…? -Como los plazos que se estiman para llegar a acuerdos en la mesa de seguridad. Además, también retomar el tema de los nombramientos de Alta Dirección Pública que, como es de público conocimiento, han demorado y hay algunos pendientes. Manifestamos nuestra preocupación no para tener más o menos cupos, sino más bien por el funcionamiento de los servicios, recogiendo la opinión de mucha gente de regiones en particular, que ve con preocupación que hay muchos cargos que no han sido todavía provistos o que están en concursos. ¿Considera que la distribución de los cargos entre ambas coaliciones no es equilibrada? -Cuando el Presidente decide incorporar al Socialismo Democrático al comité político, se produce un efecto en cuanto a la incorporación de dos ministras de nuestro sector (Carolina Tohá y Ana Lya Uriarte), y eso no tiene una necesaria correlación en las subsecretarías, donde sí creemos que hay un desequilibrio importante. De 39 subsecretarías, cuatro le corresponden al Socialismo Democrático: dos al PPD y dos al PS. El Partido Liberal y el Partido Radical no tienen ninguna, y sí estimamos que hay un profundo desequilibrio, porque efectivamente lo que hizo el Presidente es dar cabida al comité político a nuestra visión, la que no está reflejada a nivel de subsecretarios. Eso no significa que estemos reclamando cargos por hacer pataleta ni que no estemos conscientes del momento político que se vive, sino más bien al contrario, queremos aportar desde otros cargos con la experiencia y la visión del Socialismo Democrático. Pero desde Apruebo Dignidad refutan esta solicitud diciendo que el Socialismo Democrático tiene los principales ministerios: Interior, Hacienda, Segpres… -Este no es un debate que quisiera dar por la prensa. Las decisiones de los cargos los toma el Presidente de la República; entonces, yo soy respetuosa de
La nueva Constitución es el objetivo
Columna de opinión del secretario general, Camilo Escalona, en Cooperativa. La meta esencial de cerrar el 2022 con una nueva Constitución se frustró. El plebiscito del 4 de septiembre dio un categórico resultado, desfavorable a la aspiración de sustituir definitivamente la del ’80 por una Carta Fundamental nacida en democracia. Lamentablemente, conductas fuera de lugar, posiciones sin objetivos políticos de carácter nacional, recluidos en anhelos mesiánicos y auto referentes, pretendieron vanamente que la Convención Constitucional transitara por una vía fuera de la realidad institucional, social y cultural del país, idea que terminó en un retroceso de alcances estratégicos. El socialismo chileno tuvo una sola opción, bregar por el fin de la Constitución de Pinochet impuesta a Chile mediante el terrorismo de Estado, que masacró a innumerables militantes que se resistieron a vivir bajo la opresión. La tenaz movilización de millones de personas por una nueva Constitución en el estallido social indicó que no bastaba la inyección de reformas, aunque fuesen importantes. La democracia chilena requiere que la Carta Fundamental nazca en libertad. Hay hechos históricos que excluyen las medias tintas. Naturalmente no todos tienen ese carácter, pero está brega por una nueva Constitución si es uno de ellos. Finalmente, no se logró que el compromiso de reformas posteriores al plebiscito, suscrito en agosto por los partidos de gobierno, así como los esfuerzos del colectivo socialista y otros actores en el debate y redacción del texto que pudiera reencauzar el proceso. Así se perdió la amplia mayoría que hubo en el plebiscito de octubre de 2020. La derecha -a la defensiva desde el estallido social de octubre-noviembre de 2019- con el último plebiscito tuvo un avance inesperado, se recompuso y retomó la iniciativa política, el 62% versus 38% le dio un rol que no había pensado ni en sus vaticinios más optimistas. De inmediato, presionó duramente aprovechando las circunstancias y ahora reponer el proceso constituyente incluye concesiones a cerrojos autoritarios propios de Jaime Guzmán y la “democracia protegida”. Se comprobó que la derecha en su mentalidad minimiza el ejercicio de la voluntad soberana y si puede la amputa. Esa es la lección para las fuerzas del progreso social. Hay que luchar por extender y afianzar la democracia cada día. La derecha ve el régimen democrático en contraposición al mercado al que rinde culto sin pudor. Los negocios le importan más que los derechos fundamentales. Por eso impuso el Estado subsidiario. Lograr que la democracia sea una conquista sólida y fuera de peligro necesita la lucha constante de las fuerzas con vocación popular y voluntad de cambio. En los años ’70, en Chile y América Latina la derecha recurrió a la dictadura terrorista como dura coraza a fin de deshacer la institucionalidad democrática, entonces las fuerzas políticas no tomaron conciencia a tiempo de la gravedad de la amenaza y se precipitó la peor tragedia de nuestra historia. La democracia no se resguardó como se debió hacer. Por eso, no se debe olvidar que en las diversas circunstancias históricas se articulan grupos de oligarcas y extremistas ávidos de riqueza, dispuestos a quebrar y/o socavar la estabilidad democrática con fines mezquinos, al servicio de intereses espurios. Ahora bien, hay que asumir que en el reciente proceso constituyente no se logró la conducción política necesaria, así, sin la mirada estratégica que se requería para alcanzar el objetivo, se pagaron muy caro los gustitos que se dio la ultra izquierda y el sectarismo mesiánico que campeó en la Convención constitucional. Se farreó una ocasión irrepetible, pero ahora hay una responsabilidad ineludible, hacer cuanto debamos para darle a Chile una Constitución sin la huella de dolor y sangre que mancha el texto constitucional de la dictadura, con la voluntad de lucha que mantuvimos en la campaña por el Apruebo, al desplegar una intensa movilización por el país, en un esfuerzo propio de las mejores tradiciones del socialismo chileno. Asimismo, con la participación de las fuerzas del socialismo democrático, el Partido Socialista constituye, con el Frente Amplio y el Partido Comunista, un respaldo fundamental para que el gobierno del Presidente Boric lleve adelante sus enormes tareas en el ámbito económico y de seguridad pública, como también para abrir paso a las reformas tributaria, de pensiones y del sistema de salud, primordiales para la gobernabilidad democrática, propósitos que también comparte la Democracia Cristiana. El socialismo chileno luchó por principios que lo revitalizaron. Ese es el reto a lograr en la bruma y dispersión que corroe la política: tener objetivos políticos que expresen sólidas convicciones. Ahora, hay que asumir el escenario tal cual es y con el mejor trabajo de las fuerzas de la alianza de gobierno realizar una acción política potente para que la izquierda y la centroizquierda tengan la mayor representación en esta nueva etapa del proceso constituyente. Esa tarea fluye del compromiso socialista con su lucha histórica y la memoria de sus mártires. Luchamos por la justicia social en democracia, con ese fin el objetivo de una nueva Constitución es decisivo. No hay que rendirse, hay que luchar toda la vida. Camilo Escalona Medina, secretario general del Partido Socialista de Chile.
Declaración ante el siniestro ocurrido en Viña del Mar
El Partido Socialista manifiesta su pesar a las personas que han sufrido los embates del incendio forestal de Viña del Mar. Igualmente, entrega su apoyo al personal de CONAF, Bomberos de Chile, Carabineros y Policía de Investigaciones, que, con enorme dedicación, enfrentan la riesgosa tarea de combatir este siniestro. De la misma forma, valora la rápida decisión del Gobierno del Presidente Boric de establecer un Estado de Excepción Constitucional para la comuna de Viña del Mar. El Partido Socialista llama a sus militantes a colaborar organizadamente en apoyo de las familias afectadas y expresa su voluntad de apoyar todas las acciones que se requieran para enfrentar esta contingencia y si bien lo que urge ahora es detener estos incendios, se hace imprescindible iniciar un plan de acción sistemático, decidido y de profunda prevención de estos siniestros. Hacemos un llamado a la ciudadanía para que acuda a los centros de ayuda establecidos por las autoridades y a través de los canales oficiales, se haga partícipe de la ayuda que requieren cientos de familias que hoy lo han perdido todo. Mesa Directiva Partido Socialista de Chile Santiago, 23 de diciembre 2022
Hay que perseverar
Columna de opinión del secretario general, Camilo Escalona, en Cooperativa. Luego de la firma del documento “Acuerdo por Chile”, suscrito con el objetivo de retomar el proceso constituyente hacia una nueva Constitución, muchas opiniones llenaron las redes sociales y la preocupación de los columnistas. A la ultraderecha no le gustó el compromiso suscrito porque su pretensión es que la Constitución del ’80 quede sin cambio alguno, inmutable para siempre. Uno de sus diputados dijo que era “un triunfo del PC”. Son fanáticos que en el Parlamento mezclan ignorancia con improperios, hablan como si Stalin estuviera vivo y en Rusia aún imperara el sistema comunista, tales acólitos del pinochetismo defenderán esa nefasta herencia hasta el final de sus vidas. No obstante, la derecha civil sabe que la Constitución del ’80 se agotó y que eternizarla a todo evento puede ser un error garrafal, pero actúa condicionada por la fuerte presión del lumpen de ultraderecha, ante ello se decidió a formar parte del “Acuerdo por Chile” dando prueba de su conservadurismo frente al extremismo conservador instalando verdaderos enclaves autoritarios, los que constituyen severas restricciones al ejercicio de la soberanía popular en el proceso constituyente. Esos cerrojos se orientan a hipertrofiar el rol de la Comisión de Expertos y sesgar la interpretación de los 12 criterios que son base del acuerdo político, también a sobrevalorar el llamado Comité Técnico de Admisibilidad, cuyas funciones podrían llegar a coartar severamente el trabajo constitucional a desarrollar. Por eso, hay que poner mucha atención a su composición. Por su parte, desde su diversidad, las fuerzas de gobierno apoyan la reposición del proceso constituyente y la formación del Consejo Constitucional electo en su totalidad, en esa decisión el llamado que hiciera el Presidente Boric fue determinante, no hubo euforia sino que responsabilidad ante el llamado del jefe de Estado, más allá del contenido literal del documento suscrito. Así también, en la alianza de gobierno se remarca el valor histórico y moral que tendrá la definitiva supresión de la Carta Fundamental impuesta por Pinochet a gusto de la derecha neoliberal, recurriendo al más siniestro uso del terrorismo de Estado. Así, los partidos y movimientos populares de izquierda siguen bregando, en el complejo escenario post plebiscito, tras el objetivo de garantizar una nueva Constitución para Chile. No rendirse ni renunciar, esa es su voluntad. Naturalmente, desde la ultra izquierda y personas afines descalifican el “Acuerdo por Chile”, olvidan que el origen de sus debilidades radica en la severa derrota política y electoral sufrida en el plebiscito del 4 de septiembre y no asumen las consecuencias de haberse cancelado las conversaciones sin acuerdo, es decir, que se habría generado la perpetuación de la Constitución del ’80 sin fecha de término en el horizonte. En esos grupos es habitual olvidar cómo el infantilismo en la Convención Constitucional trajo estas deplorables consecuencias y siguen sin hacer la más mínima autocrítica. Esa vez se generó un texto incapaz de obtener mayoría y se practicó una conducta inoficiosa, maximalista, que hizo fracasar una ocasión irrepetible, no se estuvo a la altura histórica de la tarea y algunos se dieron todo tipo de “gustitos”, los que pulverizaron la mayoría obtenida en el primer plebiscito, en octubre del 2020, revirtiéndose la situación hacia el 62% vs. 38% del último plebiscito. Ahora esas mismas voces se escandalizan ante el impacto de su propia irresponsable. Hay que hacerse cargo de la situación nacional tal cual es y trabajar con la unidad de las fuerzas transformadoras, por la mayor representatividad de la izquierda y la centroizquierda en el Consejo Constitucional de 50 miembros a elegirse en el primer semestre del año próximo. Su labor será fundamental porque la derecha sigue en su afán de reducir el ámbito de la institucionalidad a un Estado mínimo sometido a un mercado preponderante. Por eso, otra vez, el proyecto transformador propuesto por el Presidente Boric necesita la mayor votación de las fuerzas que lo apoyan, no sólo para poner término a la Constitución del ’80 sino que para correr los cercos de la institucionalidad que saldrá de este decisivo desafío democrático. Hay que perseverar, así se podrá cerrar definitivamente esta etapa de nuestra historia. Camilo Escalona Medina, secretario general del Partido Socialista de Chile.
Declaración de La Comisión Política del PS ante nuevo acuerdo constituyente
1. La Comisión Política del Partido Socialista de Chile respalda a su Presidenta, compañera Paulina Vodanovic, por su activa participación en la concreción del “Acuerdo por Chile”, que permitió la unidad de las fuerzas políticas para reiniciar el proceso constituyente con vistas a sustituir la Constitución de Pinochet por una nueva Constitución, nacida en democracia. 2. El Partido Socialista afirma que el acuerdo alcanzado permite asegurar el carácter democrático de este proceso, con un órgano íntegramente electo como el Consejo Constitucional, que discutirá las bases presentadas por la Comisión Experta. Asimismo, nuestro compromiso es proponer los mejores nombres que concilien conocimientos académicos con el compromiso militante, para asegurar en ambas instancias se defiendan nuestros principios. 3. Queda aún un largo camino que recorrer, en particular, el proceso electoral que logre la mayor representatividad para las fuerzas transformadoras que apoyamos al Presidente Boric y que abogamos por el robustecimiento de la gobernabilidad democrática de nuestro país. Trabajaremos por una lista que represente con la mayor unidad y responsabilidad a la alianza de Gobierno. Comisión Política del Partido Socialista de Chile Santiago, 13 de diciembre de 2022
Acto conmemorativo por el Día Internacional de los Derechos Humanos
Emotivo encuentro en el cual se rindió homenaje a militantes que lucharon por los Derechos Humanos. Durante la tarde del 12 de diciembre en la sede del Partido Socialista, se desarrolló el acto conmemorativo del Día Internacional de los Derechos Humanos. Un emotivo encuentro organizado por el Partido y la vice presidencia de Derechos Humanos. El acto contó con la presencia de la militancia e integrantes de la mesa directiva, el secretario general Camilo Escalona y la vice presidenta Fanny Pollarolo. También estuvo presente el presidente del Regional Metropolitano Sadi Melo, familiares de Flor Hernández, incansable luchadora por los Derechos Humanos y del artista Raúl Valdés, asesinado en 1989 por su desarrollo político en dictadura, a los cuales se les rindió homenaje. “La política no es perfecta y el partido podrá tener aciertos y errores (…) la política está llena de altos y bajos. Pero en definitiva lo que permanece es la voluntad y el compromiso de luchar por el respeto a la dignidad de cada persona. Permanece el valor de nuestros principios, permanece la fortaleza de nuestras convicciones. Circunstancias políticas habrán miles, principios fundamentales habrán muy pocos y esos son los esenciales” señaló Escalona. Por otro lado, en la instancia se rindió homenaje a luchadoras socialistas, presentándose el documental “Recuerdos de clandestinidad: Mujeres Socialistas” realizado por la vice presidencia de Derechos Humanos y se inauguró la exposición temporal de las obras visuales de Raúl Valdés. WhatsApp-Image-2022-12-12-at-21.41.09-768×456 WhatsApp-Image-2022-12-12-at-21.41.10-768×495 WhatsApp-Image-2022-12-12-at-21.41.11-1-768×512 WhatsApp-Image-2022-12-12-at-21.41.11-768×484
Diferencias esenciales
Columna de opinión del secretario general, Camilo Escalona, en Cooperativa. Luego de que la opción Rechazo ganara el plebiscito, del 4 de septiembre recién pasado, no se logra un entendimiento entre las fuerzas políticas con representación parlamentaria para retomar el proceso constituyente y avanzar hacia una nueva Constitución, nacida en democracia. Las conversaciones se han alargado durante ya más de tres meses, pero no hay acuerdo. De hecho, las diferencias se acentuaron en el diálogo que se lleva a cabo en las instalaciones del que fuera edificio del Congreso Nacional en Santiago, hasta su disolución por la junta militar a fines de 1973. Tras esos añosos muros, testigos de tantas luchas políticas e ideológicas, estremecidos también por los terremotos propios del territorio nacional, la derecha tradicional pidió, a través del grupo “amarillos”, una demanda imposible: que el organismo redactor del nuevo texto constitucional fuese designado directamente por ambas Cámaras del Congreso Nacional. Como fuese el nombre del futuro órgano redactor Convención, Cabildo, Asamblea o Consejo, no era lo importante, tampoco sus perfiles territoriales o regionales, pero sí que sea designado a dedo. Con un descarnado reconocimiento de su objetivo y rudeza en sus procedimientos, la derecha desnudó sus propósitos, pero no ha podido imponerlos, son expresión del tutelaje autoritario y conservador en democracia, asegurarse el control y seguridad de la redacción por vía burocrática y administrativa, nada de votos ni recintos de votación, sino que garantizarse las designaciones desde ambas Cámaras del Parlamento. Después, ante el vacío en que cayó la exigencia del nombramiento a dedo, y como ultimátum, el viernes recién pasado la derecha exige una Convención o Asamblea mixta, mitad elegidos y mitad designados, con un sistema electoral que le favorece. De ese modo, se arrogan la propiedad del resultado en el plebiscito del 4 de septiembre y lo expresan en la pretensión de tener un total tutelaje sobre la redacción de la nueva Constitución. Así, la derecha sigue igual que durante la dictadura, mantiene su fidelidad a la esencia antidemocrática de la Constitución del ’80, pide “moderación” en el texto de la nueva Constitución negando el ejercicio de la voluntad popular y reclamando el control del proceso constituyente a través de miembros “designados” a dedo e imponiendo una capacidad de resolución al rol de los expertos que reedita la experiencia de los senadores designados, caducados en las reformas constitucionales del año 2005, así como, instalan otros procedimientos que reducen y minimizan la función de quienes surjan de la ciudadanía. Ahora bien, lo delicado está en que la piedra angular de la relación institucional entre las fuerzas políticas, particularmente, entre la izquierda y la derecha reside en el ejercicio y el respeto a la voluntad soberana que se expresa en las urnas. Esa es la base de la convivencia en democracia. Las diferencias relativas a proyectos de sociedad sólo podrán dirimirse, legítimamente, mediante la voluntad popular. Entonces, si ese fundamento central de la vida institucional cae en desuso o caduca debido a que la derecha no lo acepta, se instala un precedente sumamente grave porque el núcleo dirigente de la derecha, sus auténticos “controladores”, se establecen de facto como un factor de contención ultraconservador de los anhelos de cambio que se anidan en el alma de Chile. En efecto, el régimen democrático tiene como principio básico el reconocimiento que las diferencias de proyecto-país son legítimas y serán resueltas a través de la voluntad popular, ejercida en votaciones universales, libres y secretas. Esta es la clave del futuro democrático de la nación chilena. No se puede tirar por la borda. La civilización humana ha encontrado en el ejercicio de la voluntad soberana de las naciones la vía institucional capaz de tratar las diferencias cuando se intensifican al grado de incitar a una confrontación brutal. El golpe de Estado de 1973 fue, precisamente, el aplastamiento más brutal de ese principio fundamental. El Presidente Allende iba a intervenir en la entonces Universidad Técnica del Estado para convocar un plebiscito sobre las alternativas planteadas al país. El uso brutal de la fuerza lo impidió. La lección es clara, ante el posible ejercicio de la soberanía popular se impone la barbarie. En circunstancias tan decisivas como las que hoy vive Chile el valor de la soberanía popular es determinante. No es un misterio que las instituciones democráticas se han visto debilitadas en su legitimidad y muchos protagonistas de la contingencia actúan con tal desacierto o infortunio que no hacen más que aumentar el problema. Hay decisiones trascendentes para Chile que deben ser resueltas por la voluntad popular. Los males de la democracia se curan con más democracia, no puede ser que la derecha pida hacer dejación de un principio tan fundamental arguyendo en privado que los grupos ultraconservadores podrían desplazarlos electoralmente. La solución que propician es un procedimiento que niega la soberanía popular. Es imposible satisfacer una demanda que agrava tan profundamente el dilema que se pretende resolver. Ante el desacuerdo, la soberanía popular debe decidir. Camilo Escalona Medina, secretario general del Partido Socialista de Chile.
Declaración del PS sobre situación en Perú
El Partido Socialista declara su honda preocupación por la situación interna que atraviesa Perú y expresa sus mejores deseos que se resuelva con pleno respeto a los Derechos Humanos y la institucionalidad democrática. El Partido Socialista, mantiene un riguroso apego al principio de no intervención en los asuntos internos de los países hermanos. Sin embargo, rechaza cualquier intento de instalación de un régimen dictatorial del signo que sea. Los gigantescos desafíos del régimen democrático en el continente pueden y deben solucionarse con más democracia, justicia social y afianzando los derechos y libertades en nuestras naciones. Mesa Directiva Partido Socialista de Chile 8 de diciembre 2022