Freddy Taberna nació el 20 de enero de 1943, en Iquique. Sus estudios primarios los cursó en la Escuela N°3, ubicada en el barrio El Morro de esa ciudad, en donde vivió junto a su madre y sus hermanos María, Héctor y Marjorie. En su escuela destacó como uno de sus más recordados integrantes de su seleccionado de básquetbol, elenco con el que ocupó el tercer lugar del campeonato de escuelas de Iquique.
En el barrio El Morro, además, participó de una cofradía de bailes religiosos, una práctica muy asentada en la cultura nortina, que ya adolescente Freddy siguió cultivando, como promesero de las compañías de danzas religiosas que anualmente homenajean a la Virgen de La Tirana, en plena Pampa del Tamarugal.
Su educación secundaria la realizó en el Liceo de Hombres de Iquique, en donde se desempeñó como dirigente estudiantil, al tiempo que se volcaba con entusiasmo a la práctica del fútbol, intentando emular las fintas y gambetas de los deportistas de Santiago Morning, club del que se reconocía hincha furibundo.
También fue muy aficionado al voleibol, disciplina en la que obtuvo el vicecampeonato de Iquique durante el primer torneo inter-comunal que se realizó en el año 1962, integrando un club local formado por viejos amigos del barrio El Morro.
Dirigente estudiantil en Santiago
A mediados de la década del 60 se traslada a Santiago, con la finalidad de cursar sus estudios superiores. Se matricula en la carrera de Geografía, que entonces era impartida en el campus correspondiente al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Culmina su formación en el año 1969, en la primera promoción que egresó de esa licenciatura, obteniendo el título de Geógrafo de la Universidad de Chile.
En los prados y aulas de Macul, en un ambiente marcado por los vientos de reforma universitaria que ya comenzaban a soplar en la mayoría de las casas de estudios del país, Freddy conoció a Jinny Arancibia, también alumna del Pedagógico, con quien contrae matrimonio. De esa relación nacen sus dos hijos, Ignacio y Daniela, en 1970 y 1972, respectivamente.
Freddy fue el primer estudiante de origen iquiqueño que ocupó la presidencia del Centro de Alumnos del Pedagógico, representando al Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), una amplia plataforma que articulaba a los estudiantes de posiciones progresistas al interior de la Universidad de Chile, y en la que confluía la Juventud Socialista, el MIR y el Grupo Camilo Torres (un pequeño grupo de cristianos de izquierda con presencia en algunas casas de estudios del país).
En el marco de los debates por la reforma que ya se hacía inminente, Freddy conoció y se relacionó con jóvenes que luego tendrían una destacada participación en la vida política y cultural del país: los futuros escritores Ariel Dorfman y Luis Sepúlveda, y los cineastas Raúl Ruíz y Francisco Castilla entre ellos. Políticamente, además, se relacionó con Beatriz “Tatay” Allende, alumna de medicina de la Universidad de Concepción y activa participante de las posiciones del MUI.
En su calidad de estudiante en práctica realizó un interesante trabajo sobre los límites fronterizos con Argentina en la zona de Alto Palena, a petición del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Dicho estudio le significó ser becado a la Universidad de Austin, Texas, en Estados Unidos.
En la ODEPLAN y en el Partido
Sus conocimientos técnico-profesionales lo llevaron a asumir como Director Regional de la ODEPLAN (Oficina de Planificación Nacional), entidad en la que destacó por su compromiso y responsabilidad. Un ingeniero demócrata cristiano, que fue subordinado suyo en esa repartición, señaló que no obstante las diferencias ideológicas reconoce en Freddy al revolucionario consecuente, honesto, democrático, trabajador, leal y comprometido con el proceso encabezado por el presidente Salvador Allende. Lo define como un hombre culto y ávido de conocimiento, “alérgico a la ineficiencia y a la flojera mental”, no importándole “trabajar los días sábados, domingos o en las noches con tal de sacar adelante los informes, planes, proyectos, y trabajos que les eran solicitados”. El profesional señala como un rasgo característico de la personalidad de Freddy “su honestidad y su amor intransigente por la verdad”.
Junto con su responsabilidad de la ODEPLAN, participó y trabajó en las filiales regionales de organismos como el Banco de Concepción, en el que fue consejero, y la Universidad de Chile, en cuya sede iquiqueña destacó como profesor de la cátedra de geografía.
Sus hermanos recuerdan que Freddy gustaba mucho de la música, cultivando un amplio espectro de preferencias: el folk de Joan Báez, la canción nueva de Joan Manuel Serrat, la renovación del canto popular chileno a través de Violeta Parra, Víctor Jara y Quilapayún, las baladas románticas de Raphael, las sinfonías de Beethoven y el rock de Los Beatles, sobre todo.
Fue secretario regional del Partido Socialista de Chile durante los años de la Unidad Popular (1970-1973), en una dirección que también integraron los compañeros José Sampson Ocaranza, Relacionador público de la Municipalidad de Iquique; Juan Antonio Ruz Díaz, funcionario del Servicio de Aduanas, y Rodolfo Fuenzalida Fernández, piloto civil.
Represión en Iquique
Un día después de ser requerido por las autoridades militares que controlaron la ciudad, a través de un bando publicado el 15 de septiembre de 1973, Freedy se presentó voluntariamente en el Regimiento de Telecomunicaciones, misma actitud que tomaron sus compañeros Juan Ruz, que se presentó en el mismo regimiento, y José Sampson, que se entregó a Carabineros el día 21 de septiembre. Rodolfo Fuenzalida, por su parte, había sido detenido el mismo 11 de septiembre, en su domicilio, trasladado al Regimiento Carampangue, luego al Regimiento de Telecomunicaciones y desde allí al Campamento de Prisioneros de Pisagua.
En el intertanto, el general Forestier, máxima autoridad militar de la ciudad, hace suya la farsa del Plan Zeta y se apresta a castigar a Freddy y sus otros compañeros, bajo el cargo de “traición a la Patria”. Así, El 27 de octubre se constituye un Consejo de Guerra, pero un día antes envía a Pisagua al capellán de Ejército y a un médico militar, clara señal del crimen que premeditaba. Asimismo, solo ese día se designan a los abogados defensores, que apenas se pueden entrevistar con sus defendidos.
Sin embargo el Consejo de Guerra finaliza el 29 de octubre con la aplicación de penas máximas de solo diez años de presidio por las falsas acusaciones impuestas y los testimonios obtenidos bajo crueles torturas. Este fallo provoca la ira de Forestier que ordena cambiar la sentencia por la pena de muerte. Así, se les ordena modificar el fallo y determinar la pena capital.
A las cinco de la madrugada del día 30 de octubre y luego de una liturgia religiosa encabezada por el capellán militar, Freddy y sus compañeros son sacados con dirección al muro de fusilamientos del campo de prisioneros de Pisagua. Avanzan tranquilos y dignos hacia su destino final, el que ya conocían pues se les había comunicado el cambio de pena a las diez de la noche del día anterior. Freddy Taberna levanta su puño en señal de despedida a sus compañeros; luego se despide y besa a su hermano también detenido.
Cuando iba a ser fusilado pidió que no le vendaran la vista y gritó “¡Traidores! ¡Nunca nos acallarán! ¡Venceremos!”.
En el diario El Tarapacá del día 31 de octubre de 1973, se informó la ejecución, haciendo referencia a la supuesta participación de los condenados en un plan destinado a provocar la guerra civil en Chile y la rebelión de las Fuerzas Armadas.
Al momento de su asesinato, a manos de efectivos del Ejército de Chile, Freddy Taberna tenía 30 años.