Manuel Elías Jaña Santibáñez, hijo de inmigrante judío, desde muy joven demostró sus capacidades para emprender en los negocios, acompañando su actividad personal con una fuerte preocupación por la pobreza y el desarrollo social.
Ingresa al Partido Socialista en la adolescencia donde conoce a Salvador Allende, con quien cultiva una amistad y los mismos principios de justicia social y dignidad para la clase trabajadora. En el PS, fue presidente seccional del Partido en Cañete y ocupó responsabilidades dirigentes a nivel regional.
Tuvo una hija, Luz María Jaña Ortíz, de una relación anterior, y en 1964 contrae matrimonio con Laura Torres López, con quien tiene cuatro hijos: Elías Nissin, Yasna Laura, Virna Beatriz y Daniel Elías.
Durante toda su vida acompañó y apoyó los movimientos sociales y al presidente Allende, trayectoria que le permite en 1971 ser elegido con la primera mayoría, alcalde de Cañete, su ciudad natal y donde desarrolló sus negocios y vida.
Quienes conocieron a Elías Jaña aún lo recuerdan como un hombre activo, creativo, con un liderazgo ejemplar y fiel a los postulados ideológicos y políticos de la organización a la que dedica gran parte de su vida, cumpliendo responsablemente con las tareas y cargos que desempeñó al interior del PS.
Pese a vivir en un pueblo pequeño y alejado de la vida partidaria central, llegó a ser Presidente Regional del PS, con una promisoria carrera política.
Tras el golpe de Estado, es detenido y trasladado a la Isla Quiriquina, donde permaneció por 22 días, sufriendo las torturas y apremios ilegítimos que los organismos represores de ese entonces aplicaban a los prisioneros.
Posteriormente en 1974, vuelve a ser detenido junto a sus hermanos y esta vez fue trasladado hasta el estadio regional de Concepción, estando a voluntad y merced de sus captores, quienes lo liberan días más tarde.
Tras el constante acoso del que era víctima, en febrero de 1975, la Dirección Regional de Comercio (DIRINCO) le vuelve a cerrar injustamente su negocio. Ese mismo día pide entrevistarse con el Intendente Gastón Elgueta Bahamondes (con residencia en Lebu), quien le da audiencia el día 14 de febrero.
Elías Jaña viaja a la capital de la Provincia de Arauco acompañado de su esposa y de sus cuatro hijos de 9, 7, 5 y 2 años de edad, más un chofer en su vehículo particular. Es ahí donde entra a la Gobernación para la entrevista.
Su esposa Laura, lo ve salir de ese recinto acompañado de dos personas más, entendiendo que el Gobernador estaría en otro recinto, sin embargo, esa sería la última vez que se vería con vida al ex Alcalde de Cañete.
Pese a ser intimidada por parte de agentes del Estado, Laura no cede en la búsqueda. Llama a Cruz Roja y a familiares y amigos, sin embargo, nadie tiene una respuesta.
El día 17 de febrero, dos carabineros llegan a la casa de Cañete y le dicen a la esposa que debe viajar a la Base Naval de Talcahuano para ir a buscar a su marido.
Al llegar ésta al recinto de la Armada, se le acerca un sacerdote, quien le expresa que deberá ser fuerte. Laura comprende de inmediato la situación: su esposo había sido asesinado.
Ese mismo día le entregan el cuerpo en un ataúd sellado, con prohibición de abrirla. El cuerpo de Jaña es velado casi en secreto en su domicilio sólo por una noche y con agentes de la DINA en las afueras de la vivienda.
Sus hermanos en la madrugada abren el ataúd y reconocen el cuerpo, el que presentaba torturas de diversa índole. Al amanecer, se dirigen al cementerio y es depositado en un nicho sin gente que le acompañe, excepto sus familiares más directos.
En vida, Elías Jana había comprado un terreno a la entrada del cementerio de Cañete, donde se había levantado la estructura para un mausoleo familiar, sin embargo, carabineros de la época echaron abajo lo construido, ya que “ningún comunista podía estar a la entrada del campo santo”, según dijeron.
Ese mismo año y gracias a gestiones de la comunidad judía, la Armada abre una “investigación” y hace firmar a compañeros de prisión de Jana, declaraciones que nunca leyeron y que decían que Elías Jana se había suicidado al interior de un camión. Más tarde con la investigación actual los mismos prisioneros de aquel entonces reconocerían que firmaron algo que nunca leyeron y bajo amenaza.
En el 2006, la familia abre la investigación por el asesinato del exalcalde. Desde ese entonces, se ha logrado establecer que Jaña nuca se suicidó, estando aún el juicio abierto, a cargo del Juez Exclusivo de Derechos Humanos, Carlos Aldana.
Los testigos, han declarado que Jaña fue secuestrado en Lebu, en una redada a dirigentes del MIR y que él nunca aceptó su captura ni las humillaciones de las que fue objeto.
Las golpizas de los guardias le resultaron fatales, planificando un supuesto suicidio y abriendo un expediente, el que ya ha sido demostrado, que nunca fue real.
Desde el año que se reabre este caso, el abogado de derechos humanos, Nelson González, ha buscado todas las instancias posibles para primero establecer la verdad y segundo llevar a prisión a los culpables. El fallecido abogado socialista Juan Bustos estuvo también en los inicios de este caso. En 2007 se hizo parte querellante el propio PS a nivel nacional, interponiendo una nueva querella el Presidente del Partido Socialista de ese entonces, Camilo Escalona.
El cuerpo de Elías Jaña fue exhumado en el año 2009 y actualmente sus restos descansan en el sitio que él compró, y al día de hoy, es un terreno que la familia recuperó para su definitivo descanso.